FRUTTI DI MARE

 



Verano,Cocina Italiana,Del mar,Pastas,Mariscos,Plato fuerte 
  by sofia __                                         
En los pasillos sombríos de la antigua villa veneciana, Gertrudis había aprendido a escuchar las historias que las paredes susurraban. Estas historias eran ecos de un tiempo lejano, cuando su abuela Lucrecia vivió un romance intenso y efímero. Era un romance que había dejado su marca, no solo en el corazón de Lucrecia, sino también en la cocina familiar. Gertrudis creció oyendo a su madre hablar sobre las noches venecianas de 1946 y sobre un hombre misterioso de ojos tan oscuros como la medianoche.
Un día, mientras revisaba los rincones polvorientos de la cocina, Gertrudis encontró una caja de latón oxidado. Dentro, había cartas atadas con una cinta roja, y al abrirlas, el pasado de Lucrecia tomó vida. Las cartas narraban un verano mágico, donde las góndolas se deslizaban por los canales como sombras, y la brisa del Adriático traía consigo el olor a sal y a mariscos frescos.

Las cartas también contenían una receta. La receta de frutti di mare que Lucrecia solía preparar para aquel hombre misterioso. Los ingredientes estaban detallados con precisión: mejillones, almejas, camarones y calamares, todos frescos y brillantes, con un toque de limón y vino blanco. El proceso de preparación era simple pero cautivador. Primero, se calentaba aceite de oliva en una sartén grande, añadiendo ajo y un poco de cebolla. Luego, los mariscos se sumergían en el aceite, dejándolos cocinar lentamente hasta que se abrieran. Finalmente, se vertía el vino blanco, permitiendo que todo se mezclara con el aroma del perejil y el tomate maduro.

Mientras Gertrudis leía las cartas, las palabras de Lucrecia la transportaban a ese verano de 1946. Lucrecia describía cómo conoció al hombre en una noche de fiesta. Había música y vino, y la luz de las velas iluminaba el rostro del extraño. Sus ojos oscuros la miraban con intensidad, y sus palabras, suaves como el viento, la envolvieron como un hechizo. Compartieron risas y secretos, y él le contó historias de tierras lejanas, prometiendo volver para llevarla con él.

Lucrecia y aquel hombre pasaron muchas noches juntos, caminando por los campos de olivos y bebiendo vino bajo las estrellas. Compartían frutti di mare y se perdían en conversaciones que duraban hasta el amanecer. Pero como todas las historias de amor apasionadas, esta también tenía un final amargo. El hombre tuvo que marcharse, prometiendo que regresaría, pero nunca lo hizo.

Gertrudis se sentó en la vieja cocina, con las cartas y la receta en sus manos. Cada ingrediente, cada paso, le recordaba el amor que su abuela había vivido y perdido. Decidió recrear la receta, como un homenaje a esa historia olvidada. Mientras el olor del aceite de oliva y el ajo llenaba la cocina, Gertrudis se dio cuenta de que, aunque el amor de Lucrecia había terminado en tristeza, había dejado un legado duradero en la receta de frutti di mare.

Así, Gertrudis comprendió que algunas historias nunca mueren por completo. Permanecen en los detalles, en las recetas, y en las cartas que encontramos en los rincones oscuros de una vieja villa veneciana. Y mientras cocinaba el frutti di mare, sabía que el amor de Lucrecia y su misterioso amante seguiría vivo, aunque solo fuera en el sabor de un plato y en el susurro del viento entre los campos de olivos.

 








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RECETA 


Frutti di Mare


Ingredientes:

- 500 g de mejillones

- 400 g de almejas

- 350 g de camarón grande

- 2 calamares

- Tomate cherry o pera

- Perejil

- Una copa de vino blanco (Chardonnay)

- Espagueti No. 5

- Un peperoncino (chile serrano rojo)

- 4 dientes de ajo grandes

- Aceite de oliva extra virgen

- Sal


Para Servir:

- Queso parmesano

- Salicornia para decorar


Procedimiento:

1. Lava todos los mariscos muy bien. Deja las cáscaras de los camarones y retira solo las tripas, haciendo un corte en el centro.

2. En una olla, añade aceite de oliva y caliéntalo. Agrega unas ramas de perejil y dos ajos cortados por la mitad. Deja que se doren. Luego, agrega los mejillones y las almejas junto con la copa de vino. Cubre y deja hervir durante unos 10 minutos.

3. Verifica que todas las conchas se hayan abierto. Si alguna permanece cerrada, deséchala ya que puede estar en mal estado. Guarda todo el jugo que liberaron los mejillones y almejas en un recipiente para reservarlo.

4. En una sartén con aceite de oliva, cocina los camarones y luego retíralos para usar más tarde.

5. Mientras tanto, en una olla grande, hierve agua con sal para cocinar la pasta. Cuando el agua esté hirviendo, agrega la pasta. No la cocines demasiado; debe quedar al dente, es decir, firme pero no dura.

6. En la sartén donde cocinaste los camarones, agrega más aceite de oliva, dos ajos partidos por la mitad y perejil. Deja que doren y luego añade el calamar previamente cortado (ni muy grueso ni muy delgado). Cocina por unos minutos y después añade los tomates cortados en cuatro, el peperoncino, los camarones, el caldo reservado, la pasta a medio cocer, y sazona al gusto. Finalmente, agrega los mejillones y las almejas.

7. Espolvorea perejil fresco finamente picado para dar el toque final. Sazona al gusto.


Para Servir:

- Sirve con queso parmesano y decora con salicornia.


Maridaje:

- Se recomienda un vino blanco de uva Verdicchio, como el Imperatori.








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